Sinopsis
Esta obra trata de ver cómo la dinámica interna de los ejercicios espirituales provocaría una posible curación de algunas heridas interiores sufridas, es decir, una reconstrucción volitiva, cognitiva y afectiva. Asimismo, los Ejercicios espirituales no son y no han de ser considerados como una fórmula mágica que cambian de la noche a la mañana la vida de los ejercitantes. Si fuera así, las personas que siguen luchando con algunas de sus heridas después de haber hecho varias veces los Ejercicios podrían acusar a Dios de ser un Dios arbitrario que regala a algunos la sanación y a otros no, o de culparse, reprochándose a sí mismo su falta de fe. Los Ejercicios no han de hundir más al ejercitante en su crisis existencial; más bien deben ser una ayuda para salir paulatinamente de las oscuridades, de la negatividad, etc. Son medios para que el ejercitante se disponga a «buscar y hallar la voluntad de Dios en la disposición de su vida» (Ejercicios espirituales 1).