Sinopsis
«El gozo que van a pregonar estas páginas no es el que se experimenta porque las cosas vayan bien, sino el que no cesa de brotar ‘a pesar de que’ las cosas vayan cuesta arriba (no quiero decir mal). Este es, me parece, el sentido de la bienaventuranza cristiana: no se promete en ella la felicidad a los pobres porque vayan a dejar de serlo, ni a los que tienen hambre porque ya está llegando alguien con el bocadillo. El gozo que allí se promete es aquel en el que las razones para la alegría son más fuertes que las razones para la tristeza, no el gozo que proporcionan la morfina o la siesta.
A esa alegría –os lo juro– no estoy dispuesto a renunciar. Este libro pro- longa mi testimonio de fe en la vida con minúsculas y en la gran Vida con mayúscula».