Sinopsis
Se discute mucho sobre la caída del Viejo Imperio romano: hay quien    dice que se rompió la cadera antes y otros afirman en cambio, que se   la fracturó después. Lo cierto que su vertebrada osamenta se hizo      añicos señoriales por toda Europa. Todo un trauma en su momento. Nació  la Edad Media como todos, dolorida y sin memoria, pero poco a poco    fue creciendo, llegando a la lozana época de la Universidad. Y aunque,  ya talludita, casi se muere de peste, sobrevivió y acabó muriendo de  escorbuto en mitad del Atlántico, ya en la ancianidad.
           Adéntrense en este mundo apasionante de bizantinos galenistas,         musulmanes, aristotélicos, alambiques, jarabes y hospitales; de        monasterios con botica, reliquias sin efectos secundarios y escuelas   catedralicias.
                                                   En el siglo XIII ya habían florecido de nuevo el comercio y las        ciudades. Los burgueses eran profesionales variados entre los que      había un especimen muy importante y simpático: ¿el médico? íQué va! El  farmacéutico. Fue entonces cuando las dos profesiones se separaron    formal y amistosamente.