Sinopsis
Por fortuna o por desgracia, seguramente por ambos, la filosofía en lengua española se ha distinguido siempre por una relación conflictiva consigo misma, sobre todo en comparación con las filosofías “canónicas”, desarrolladas en otros contextos lingüísticos y culturales. Cuestionada por su propia sombra, se ha sentido siempre obligada a justificarse cuando ha querido hacerse valer, a reflexionar sobre sí misma cuando ha querido pensar la realidad, a convivir con sus propios fantasmas y a dar cuenta de ellos cuando ha querido deshacerse de ellos demasiado rápido. Se trata por tanto de una filosofía caracterizada, ante todo, por una singularidad que numerosos estereotipos han pretendido saldar con simplismos inaceptables, ya sean en sentido peyorativo o apologético. Por singularidad debemos entender aquí una condición equivoca y paradójica, conformada a partir de experiencias históricas y circunstancias culturales complejas, que obliga a superar con creces tanto el reduccionismo deformador del atraso hispánico como el elogio edulcorado que siempre le ha replicado desde el hispanismo. No se trata de buscar una punto intermedio, una solución ecléctica o una especie de hispanismo moderado, sino de pensar esa singularidad más allá de los relatos que a lo largo de siglos han alimentado esos tópicos simplificadores, muchos de los cuales aún circulan a día de hoy; unos relatos que habrá que desmontar sólo después de escuchar, afrontar y cuestionar las supuestas razones que llegaron a inspirarlos, con el fin de valorar e incluso reformular y hasta rescatar algunas de ellas.
Antolín Sánchez Cuervo
Instituto de Filosofía – CSIC
José Manuel Iglesias Granda
Bergische Universität Wuppertal
Editores de la monografía de la revista Ábaco Nº 123