Sinopsis
La formulación ignaciana de la «consolación sin causa precedente» (libro de los Ejercicios, nº330) expresa la posibilidad de relación, de encuentro -y éste directo- con la dimensión más diáfana del mismo Dios. ¿Es una exageración lingüística o una afirmación expresa eso de que Dios se comunica de manera inmediata con el hombre? El autor estudia con rigor filosófico y teológico el problema que plantea una relación semejante entre el totalmente Otro y un ser humano. No se trata, por cierto, de una experiencia rara, oscura e inexplicable, sino más frecuente de lo que se cree.
La obra está dividida en dos partes. En la primera de ellas se ofrece una explicación de los textos ignacianos, a menudo densos y concisos. La segunda aborda sus implicaciones teológicas. La imagen de la "emergencia" de Dios ilumina este proceso. Lo que emerge procede del interior de otra cosa y emerge porque ya estaba así. Nuestra perspectiva es, pues, ascendente. Dios emerge en nosotros porque previamente nos habita, no de manera casual o coyuntural, sino fundamental, fundamentándonos.